Nuestra ruta por la Costa Oeste nos llevó a recorrer un trocito de la histórica Ruta 66. Algo que no os podéis perder si venís a la Costa Oeste de EEUU.
Hoy iba a ser otro día largo, pero muy entretenido. Nos levantamos sin mucha prisa… Error!
El jet-lag vino a vernos otra vez, aunque esta vez nos dejó descansar algo más. Por suerte sería la última vez.
El desayuno prometía pero no hizo más que defraudarnos, café frío, no había leche caliente, las tortitas no sabían a nada y unos dispensadores de cereales que solo podías mojar en leche fría. Un desastre. Comimos lo que pudimos y nos pusimos en marcha.
Primera parada por la ruta 66 – Cargar de provisiones
Lo primero antes de iniciar la ruta es ir al Wallmart (621 Montana Road, Barstow) a por nuestra neverita de corcho. Nos acompañó todo el viaje y nos salvó la vida en más de una ocasión. No os olvidéis de ella. Y allí cargamos de botellitas de agua, que íbamos metiendo poco a poco a la nevera, comida para un par de días y cositas para picar en el camino si nos daba hambre.
Ir al supermercado siempre es una experiencia, para mí es una forma de conocer la cultura del país. Allí alucinamos con el tamaño de las cosas, sobre todo de los paquetes de patatas, chucherías y chocolatinas. Todo era “party size” y además muy baratas. No como la fruta y otras cosas como el jamón cocido que salían más caras que en España. Increíble. Ahora se entiende un poco mejor la obesidad de este país.
Peggy Sue’s 50s Dinner
Echamos gasolina por primera vez y pusimos rumbo a Peggy Sue’s (35654 Yermo Road). Típico bar de carretera de los años 50 ambientado por su decoración y por el uniforme de las camareras.

Aquí podéis comer unos desayunos bestiales. No es barato, pero siempre te puedes tomar un riquísimo batido helado o un simple sándwich para coger fuerzas y seguir el camino. Vimos muchos locales, casi no había turistas, lo cual quiere decir que la comida es buena.
Calico Gosht Town
En 36600 Gosht Town Road Yermo se encuentra una recreación de un pueblo minero antiguo. La entrada son 6$ por persona. Nosotros íbamos ya con el tiempo justo y como había leído comentarios sobre que está hecho para turistas no nos paramos y seguimos hacia nuestra próxima parada. Nos gustan más las cosas auténticas, pero si vais con niños seguro que se lo pasan en grande.
Oatman
Paramos en lo que queda de un pueblo minero. Creado en la fiebre del oro y que todavía conserva parte de su encanto. Ese típico pueblo del oeste, con las casas y sus porches de madera.
Pero lo más característico de este pueblo es que en él viven libres un grupo de burros descendientes de los que se trajeron aquí para trabajar en la mina. Puedes comprar comida por 1$ y darles directamente en la mano. Están más que enseñados. Los verás esperando frente al puesto de comida, o siguiendo a los turistas. Yo disfruté como una niña.

Por la auténtica Ruta 66
Hasta ahora la carretera había pertenecido a la Ruta 66 pero había sido «reformada». Pero si nos desviamos en dirección a Oatman rumbo a Kingman, ese trozo sí es auténtico.
Antes de llegar a Kingman es obligatorio hacer una parada en el camino en la Cool Springs Station (8275 W Road Oatman-Kingman). Una antigua gasolinera que se ha convertido en un símbolo de la ruta 66.
Allí encontraréis una de las pocas señales de la ruta 66 en la carretera que vi en todo el día. Aprovechad para haceros la foto. Nosotros nos hicimos la que está en la portada del post cerca de Seligman.
Nosotros no sé porqué pero cuando llegamos estaba cerrada. Los puntos de interés de esta ruta suelen cerrar pronto, sobre las 5 o 6 de la tarde, pero cuando llegamos aquí serían las 3. Parece ser que no íbamos a ver nada abierto, bravo por nosotros. Tomad nota y poneros en marcha prontito por la mañana.
Kingman
Una vez ya en Kingman fuimos derechos a comer, eran las 4 de la tarde y estábamos hambrientos. La parada obligatoria de Kingman es el Dz’s (105 E, Andy Devine Ave). Allí comimos unos perritos calientes de los que quitan el sentido. Todo ello rodeado de un ambiente muy ochentero. Me encantó.

Muy cerca del restaurante está la Locomotora Santa Fé, la locomotora a vapor que atravesaba el país desde Los Ángeles hasta Kansas City. Aquí te das cuenta de la magnitud de este país. Esto en Europa no cabe.

En Kingman hay varios museos, algunos muy interesantes, como el de la ruta 66 y otro de los indios navajos. No recuerdo cuanto cuestan pero son baratitos y hubiera sido interesante entrar pero, como ya os he dicho, íbamos fatal de tiempo.
Hackberry
Siguiendo por la Ruta 66 encontramos otra famosísima parada. Hackberry General Store (11255 E Hwy 66, Hackberry), un lugar muy pintoresco, es una antigua gasolinera y tiene una tienda de suvenirs. Nosotros la encontramos justo cerrando, una pena. Pero los alrededores merecen más de una foto.

Seligman
Este pueblecito es muy bonito, típico de la antigua ruta 66. En la calle principal se pueden ver varias tiendas muy chulas. Para hacerte todo un reportaje de fotos. Me encantaron.

También está la famosa barbería Angel’s Delgadillo Barbershop (22265W Historic Route 66). Típica barbería llena de recuerdos en las paredes que van dejando los turistas de todo el mundo. También cierra muy prontito y no llegamos a verla por dentro.

Antes de entrar en este pueblo, vimos otra típica señal en la carretera de la ruta 66. Realmente nosotros solo vimos dos. Así que estad atentos.
Williams
Nuestro destino era Williams, punto de la ruta 66 y a una hora del Gran Cañón del Colorado, nuestra próxima visita.
A Williams ya llegamos agotados, de noche, y solo con ganas de descansar. Pero aquí se puede visitar el Pete’s Rt 66 Gas Station Museum (101 E Route 66, Williams).
Y podéis cenar en el Twisters Soda Fountain, con un chrysler rosa en la puerta (ya os podéis imaginar el resto) o en el Wild West Junction, con comida típica del oeste americano.
Reflexión del día
La ruta 66 es mundialmente conocida. Realmente atraviesa el país, desde Chicago hasta Santa Mónica. El recorrer aunque haya sido un trocito para mí ha significado mucho. Soy fan de la cultura americana y saborear un trocito de su historia ha sido lo más. De lo que más me ha gustado de todo el viaje por la Costa Oeste.
Esta ruta era utilizada por los ciudadanos de todo el país para migrar al oeste, en busca de una vida mejor. Los sitios ya no son lo que fueron, por supuesto, las carreteras se fueron actualizando y una parte considerable de esta ruta se transformó en autopista. Esto fue así hasta que decidieron conservarla como patrimonio y como atractivo turístico.
Hoy en día se mantienen estos pueblos, tiendas, gasolineras,… para los turistas. Así que por favor, no seamos tacaños y aportemos en cada una nuestro donativo para que les siga siendo rentable estar ahí y puedan seguir disfrutando de esta ruta muchas más personas como otros hicieron por nosotros.
Sigue el diario de viaje con el día 4, llegamos al Gran Cañón del Colorado, un sueño hecho realidad!