Me levanto de un salto cuando suena el despertador, hoy no es por trabajo, hoy nos vamos de viaje! Así cuesta mucho menos despegarse de las sabanas… ni comparación!
Tenemos el vuelo a las 12:30 hora portuguesa porque salimos desde Faro. Lo bueno de vivir en Huelva, sin ningún aeropuerto internacional cerca, es que al menos tenemos dos aeropuertos para buscar vuelos. Si no hay desde Sevilla probamos desde Faro.
Volamos con Aigle Azur, la primera vez que volábamos con ellos y la verdad es que no tengo nada que objetar. Todo fue bastante bien teniendo en cuenta que es una compañía de bajo coste.

Llegamos al aeropuerto de Orly a las 4 de la tarde y nuestra primera misión era comprar la tarjeta de transporte NaviGo. Si no sabéis de qué os hablo no os perdáis los consejos para viajar a París barato.
Preguntamos en varios puntos hasta que nos dijeron bien donde podíamos conseguirla. Teníamos que ir directamente a la parada de autobús nº5, donde paraba el Orly-bus, y allí había una cabina donde vendían los tickets y también esta tarjeta. Tened en cuenta que cierran a las 18:00, después de esa hora no sé si podríais comprarla en el autobús o tendríais que esperar a llegar a París.
La compramos y ya en el autobús (nos montamos corriendo porque se iba) escribimos nuestros datos en ella y pegamos la foto que traíamos para ello. Importante hacerlo así, porque si no aparecen vuestros datos o foto es motivo de multa.
El autobús nos llevo hasta Denfert-Rochereau (última parada) y allí cogimos el metro 4 hasta Chatelet-Les Halles y allí enlazar con el metro 11 que nos llevaba a nuestro hotel. Todo incluido con nuestra maravillosa NaviGo.
Dejamos las maletas e hicimos el check-in en nuestro hotel B&B Porte des Lilas, un poco alejado pero con muy buena relación calidad-precio. Y decidimos volver al centro para ver Notre Dame de noche. Tenía muchísimas ganas y allí estuvimos un rato observando, disfrutando del frescor de la noche, haciendo fotos y viendo de cerca la razón de la película Ratatouille! No sé si me entendéis…

Muertos de hambre ya pusimos rumbo a una famosa crepería en el barrio latino, llamada Chez Suzette. Con variedad de creps tanto salados como dulces. Que mejor manera de empezar nuestra visita en París!
Nos pedimos dos creps saladas para cenar, bastante contundentes por un módico precio de 10€ las dos. Nada mal para ser París. Además la masa es de trigo de sarraceno, que le da un toque distinto.

Ya de noche con el estomago lleno y el cansancio de todo el trayecto, nos vamos a dormir agotados. Para una primera toma de contacto con la ciudad no ha estado nada mal. Hemos perdido mucho tiempo en los transportes, pero mañana vamos a aprovechar el día a tope!
